El pasado viernes 28 de octubre una parte de la ciudad fue interrumpida por un carnaval “aparentemente desconocido”. Encabezada por una banda marcial juvenil, la procesión gritaba consignas en el marco de una guerra sorda y sin muchos dolientes. En el fondo, la pregunta constante era ¿Dónde están los más de cinco mil millones de pesos destinados para la recuperación del Teatro Municipal de Sincelejo, después de cuatro años de encontrarse cerrado?
Antecedentes
En julio de 2022 ante la negligencia de las administraciones públicas frente a la reapertura del Teatro de Sincelejo, un grupo de artistas, gestores culturales y ciudadanos en general decidieron conformar el Comité Técnico de Patrimonio #SOSTEATRO. Desde entonces, reclamando dignidad para la ciudad, llevan al espacio público sus exigencias a través de manifestaciones artísticas y acciones educativas.
Organizados previamente, El día D dispusieron una agenda nutrida que incluyó olla comunitaria, presentaciones con micrófono abierto, conciertos musicales, y otras expresiones durante toda la jornada que inició alrededor de las 8:00 a.m. extendida hasta finales de las 8:00 p.m. 
El día de la “Marcha por la dignidad de Sincelejo” gestada en el seno de este movimiento, se condujo el mensaje de rescate del habitante sincelejano que aún permanece como masa amorfa, indolente y condenada a la ignorancia de todo lo que tiene que ver con su ciudad.
Más allá de la consigna: “Y el teatro pa’ cuándo?” En la pregunta indirecta por los responsables del desfalco al erario público plasmada en volantes, los partícipes de este evento sacaron a la calle el cuestionamiento por la crisis generalizada en la que se encuentra la capital del departamento. Aquí donde la muerte del arte en manos de los mercaderes de la cultura, es solo un parte más del funeral en el que vivimos.
Volviendo a los hechos, el momento más tenso se registró en el recinto de la Cámara de Comercio donde se desarrollaba un concejo de seguridad encabezado por el destituido alcalde, y asistido por concejales y algunos personajes de la vida política departamental.
El momento más lamentables se registró cuando miembros de las fuerzas del orden intentaron acallar y evitar el ingreso de los manifestantes al recinto. Constatándose una vez más su posición en los conflictos que vinculan el válido acto de disentir: defender a quienes no cumplen sus funciones constitucionales y silenciar a quienes reclaman.
Como victoria, un representante del movimiento logró escalar y posicionar la discusión frente a los responsables directos en la construcción del horizonte de la ciudad. Como desdicha por confiar en la palabra de una persona deshonesta, quedó la afrenta por parte de dos concejalas que se burlaron de los artistas, al confirmar sus asistencias y posteriores ausencias en las actividades de la jornada vespertina.
Pasado el medio día tuvo lugar el almuerzo: un mote de queso comunitario, el cual permitió levantar los ánimos y acercarse hasta quienes habitan los sectores aledaños del espacio en reclamo, incluidos vendedores ambulantes y habitantes de calle.
De esta manera queda demostrada la importancia del tejido comunitario que reclama ser reconstruido en la ciudad. Lentamente aparecen “querientes”, especialmente sujetos en condición juvenil que, resignificando la cultura, señalan el camino que permita el ejercicio de la vida en medio de las fronteras y que estas también sean tenidas en cuenta para cimentar y volver a mirar nuestro territorio. Aún existe la esperanza. Aún hay flores sobresaliendo del asfalto. 
* Nota redactada por Colectivo Perincú sobre la jornada de protesta organizada por el Movimiento S.O.S. Teatro Municipal. 
