Haciendo una alegoría a aquella frase de Eduardo Galeano que ironiza sobre la gente pequeña que, haciendo cosas pequeñas en lugares pequeños, pueden cambiar el mundo; observo un grupo de jóvenes que portan con orgullo camisetas de algodón color verde. En el lado que apunta al corazón de cada uno de ellos se posa la palabra Volver.
En sí la palabra me transmite alguna vivencia relacionada a aquellos que sin tener otra elección abandonaron la tierra natal y con el paso de los años regresaron sin concebir que son aves migratorias.
Elliot, es uno de ellos. Mi curiosidad hacia él radica en la humanidad que transmiten sus ojos negros. ¿De dónde salió Elliot? ¿Dónde se encontraba? Me pregunto mientras observamos un atardecer lento y taciturno.
Al parecer a Elliot lo parió un pedazo de tierra llamado Las Llanadas de Corozal. Geográficamente, este lugar se ubica en un rincón del centro del departamento de Sucre, Colombia. Compuesto por una calle principal y otras callecitas que se suman para acabar alrededor de esta, Las Llanadas son testimonio de su nominación. El paisaje compuesto por fragmentos del Bosque Seco Tropical que rodea el villorrio, me recuerda aquellas imágenes nunca observadas de los terrenos para la explotación ganadera de la España colonial, instaurada en Cartagena de Indias y sus alrededores ambientales.
Nombro al colectivo VolVer como intemporal, porque los tiempos de sus integrantes varían de manera aleatoria y holística. Entre ellos hay profesionales de diversas áreas del conocimiento que interesados en construir la Casa de la Cultura de este corregimiento, han aunado sus voluntad y praxis para materializar el sueño comunitario y social.
Se conformaron como sujeto colectivo a principios del año en curso (2021), dejando claro que los comienzos están energéticamente cargados por los deseos de una humanidad que considera importante los renacimientos. Con actividades como una ‘pataconada’[1](en la que nos encontrábamos y en la que E. saboreaba gustosamente un patacón relleno de vegetales) y otras que no recuerdo con exactitud, este grupo de 18 jóvenes pretenden recaudar fondos para contribuir al crecimiento de su colectivo.
El mencionado crecimiento hace referencia a la transmisión de saberes; es decir que recaudan fondos para cubrir el traslado de voluntarios que quieran compartir su conocimiento a la comunidad. Me pregunto si los miembros de esta organización conciben la magnitud de lo que construyen.
Intentando aclarar una teoría social que desconozco -mientras se escuchan canciones propias del folklor sabanero-, observo los movimientos de estos muchach@s que creen en la posibilidad de la transformación, y pienso en los cursos armónicos de la naturaleza que también nos compone. Así como Natura se destruye, muere y renace, así también los humanos. Una evidencia de ello la expresa el país donde se recalca que nacer no es garantía para vivir. La sociedad colombiana empieza a ser reflejo de los cambios de conciencia planetaria. Sin comparaciones vacuas e incómodas, al dimensionar la labor de VolVer, por primera vez empiezo a creer en un país donde ha reinado durante gran parte de su historia la desesperanza.
El Colectivo VolVer de las Llanadas de Corozal, es un reflejo del cambio, de la reconstrucción, del perdón y la apertura que hemos reclamado durante siglos desde un lugar colonizado y oprimido. Que en lugares como estos: ortodoxos, de paradigmas mentales e ideológicos que corresponden a la dominación del poder patriarcal y occidental, surja un conglomerado de almas y formas que laboren por la otredad; por la protección del medio ambiente; por la justicia social; y por todas aquellas manifestaciones que vinculan al arte y defienden la cultura que los identifica, explica que no somos inmunes al cambio.
La idea del Colectivo VolVer se estructura a raíz de diversas situaciones por las que atravesó Elliot en su lucha por construir espacios donde se pudiese expresar la diversidad cultural y la conservación medioambiental. En medio de saludos y pitidos de un automóvil, el líder de un grupo de jóvenes que trabajan por un sueño en común, expresó que el colectivo nace por el deseo de empoderar a la juventud rural a través del conocimiento. Se basan en cuatro líneas de formación: educación y medio ambiente; emprendimiento, liderazgo y marketing digital; arte, cultura y comunicaciones; género y diversidad.
Elliot y sus cómplices transmiten voluntad y decisión. Sus almas genuinas, similares a muchos pozos de agua natural, reflejan que aún podemos ser comunidad, hermandad o aldea. Observándolos me digo que aún laten lugares mágicos más acá de la literatura, y que, sin contradecir a Eduardo Galeano, existe gente inmensa haciendo cosas inmensas en lugares inmensos.
*Información sobre el Colectivo VolVer (Entrevista otorgada por Elliot)
1. ¿Cómo nace la idea del colectivo? ¿Cómo ha sido el proceso de construcción?
R: El Colectivo VolVer nace hace más de tres años cuando comencé un proceso en los Montes de María. Para trabajar en ese espacio ideé una plataforma desde Google para convocar a voluntarios que contribuyeran en la construcción del Ecohostal Altamira (Montes de María). El Colectivo inicialmente fue una red. Posteriormente, se anexaron líneas de trabajo como emprendimiento, educación y medio ambiente, género y diversidad.
En 2020 por acción de la pandemia retorné a mi pueblo (Las Llanadas) y empecé a trabajar en la propuesta del colectivo (visión misión, metodología y demás componentes) con un enfoque más social.
Posterior a las manifestaciones del Paro Nacional, muchos jóvenes del pueblo se unieron para expresar sus posturas, y al observar esto una mujer del pueblo, Gisella Fernández (psicóloga y vicepresidenta del colectivo) convocó una reunión y expresó que ella tenía un sentir: que la población Llanadera se uniera por una causa común: el trabajo social. A raíz de esto propuse la idea del colectivo basándome en lo que ya había estructurado.
2. ¿Qué barreras y elementos han encontrado en el camino?
R: Por problemas sociopolíticos hace algún tiempo la red tuvo que detener su línea social y dedicarse solo a la parte medioambiental en los Montes de María. Un testimonio de esto es una línea de guerra que llevo en el brazo derecho ocasionada por un grupo de personas que no estaban de acuerdo con las labores que se realizaban en Altamira.
Otras barreras que hemos encontrado es la falta de diligencia de la Junta de Acción Comunal del pueblo frente a las necesidades culturales y artísticas.
La politiquería es otro factor que detiene y limita las acciones de nuestro colectivo.
3. ¿Qué proyectos visionan? ¿Qué acciones realizan actualmente?
R: Estamos trabajando por la creación de la Casa de la Cultura de las Llanadas - Sucre, debido a que no existe. También empezamos a asesorar legal y organizacionalmente a campesinos y líderes de un movimiento social, los cuales tiene como iniciativa la creación de un nuevo barrio en el pueblo.
Queremos crear espacios interculturales por medio de voluntariados para diferentes proyectos ajenos y propios. La idea de estos encuentros es compartir saberes en la comunidad rural.
[1] Hechura masiva de patacones. Estos en el Caribe colombiano corresponden a un alimento fundamental para la dieta de la mayoría de sus habitantes. Es hecho con plátano frito, el cual se pasa por agua de ajo y se vuelve a freír. El plátano es uno de los alimentos que conectan al continente africano con América (periodo de Esclavitud; siglo XVII).
Para mayor información sobre el Colectivo VolVer, visitar la siguiente página: https://colectivolver.blogspot.com/
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